martes, 1 de noviembre de 2011

Clasificación de deficiencias auditivas.


Dentro de las deficiencias auditivas, nos encontramos con diversas clasificaciones en función de:

A)    El grado de pérdida auditiva.

B)    La localización de la alteración o lesión.

C)    El momento de aparición.

D)    La etiología.

E)     Basadas en criterios educativos.



§     Tipos según el GRADO DE PÉRDIDA AUDITIVA

Para clasificar la pérdida auditiva según el grado o intensidad, se sigue la clasificación del Bureau International de Audiophologogie (B.I.A.P.):

- Audición normal: (umbral auditivo entre 0 – 20 dB) Oyen bien y no tienen dificultades para percibir la palabra.

- Hipoacusia ligera: (20 – 40 dB) La mayoría de estas pérdidas ligeras suelen estar provocadas por otitis y afectan a muchos niños en los primeros años de su escolaridad.  Pueden pasar desapercibidas. Los niños con esta pérdida reconocen las palabras por vía auditiva aunque hay algunos fonemas consonánticos que no los identifican con total nitidez, lo que puede provocar algunas dificultades de articulación.

- Hipoacusia media: (40 – 70 dB; intensidad de una conversación normal) Los niños con este grado de pérdida auditiva necesitan que se eleve la voz para poder percibir el mensaje con claridad. Si se les habla con voz baja o más allá de 1,5 m. no entienden bien. Adquieren el lenguaje por vía auditiva aunque con dificultad. Son niños que dicen oír pero no entender bien. Las dificultades aumentan a medida que la pérdida se acerca a 70 dB.

- Hipoacusia severa: (70 – 90 dB) Tienen grandes dificultades para entender las palabras. Con intensidad fuerte pueden percibirlas de forma imprecisa. Si la pérdida se acerca a 90 dB muchos sonidos no los perciben. Su habla suele ser monótona, poco inteligible y presentan un importante retraso de lenguaje. El proceso de adquisición del mismo se ve muy afectado y es precisa una intervención especializada de un logopeda para acceder a él. Estos niños necesitan mirar a la boca para compensar lo que por vía auditiva y a través de los audífonos no les llega con claridad, especialmente en circunstancias acústicas no óptimas.

- Hipoacusia profunda: (+ 90 dB) Tan sólo perciben ruidos muy intensos y algunos de ellos por el componente vibratorio. No pueden percibir la palabra y no desarrollan lenguaje oral de forma natural. La detección precoz, una ayuda protésica eficaz como es el implante coclear y el trabajo educativo especializado con el niño y con la familia pueden llegar a paliar las graves implicaciones de una deficiencia auditiva de este grado. Necesitan la ayuda de códigos de comunicación viso- gestuales para acceder a toda la información.

Si la pérdida se da sólo en un oído se dice que es unilateral, si se da en los dos oídos se dice que es bilateral.


§    Tipos según la LOCALIZACIÓN DE LA LESIÓN.

Las pérdidas auditivas se clasifican según la parte del oído donde se encuentra la alteración o lesión.

  1. Hipoacusia de transmisión o de conducción

La lesión se sitúa en el oído externo o en el oído medio. Se debe, generalmente, a una obstrucción del conducto auditivo por tapones, otitis, o lesión en la cadena de huesecillos. Estas alteraciones suelen producir, la mayoría de las veces, pérdidas auditivas leves o medias; se oye menos pero no de forma distorsionada. Son pérdidas transitorias y tienen tratamiento médico pero para ello es necesaria una detección temprana.

Marchesi (1987) señala que cerca de un 20% de los niños en edad escolar sufren este tipo de dificultad auditiva en algún momento de su escolaridad.

  1. Hipoacusia neurosensorial o de percepción

La lesión se sitúa en el oído interno o en el nervio auditivo y suele producir, la mayoría de las veces, pérdidas auditivas graves. Se puede oír menos, poco o nada y hay distorsión en lo que se percibe. Suelen ser permanentes. Según el grado de pérdida se recomienda utilizar audífonos o realizar un implante coclear.

  1. Hipoacusia mixta

Combina las causas de las dos anteriores. Una vez solucionada la causa de la pérdida conductiva, se podrá conocer la importancia o gravedad de la hipoacusia neurosensorial o perceptiva y proceder a su paliación mediante una ayuda protésica. Un niño con este tipo de pérdida auditiva puede tener dificultades de experiencia tanto con el sonido como con la distorsión de este.


§    Tipos según el MOMENTO DE APARICIÓN.

La adquisición del lenguaje en niños con una deficiencia auditiva está condicionada notablemente por la edad en la que se produce la lesión o alteración y por tanto, en el nivel de competencia lingüística que había alcanzado el niño en ese momento. Diferenciamos pues, dos tipos de deficiencias auditivas en función a este criterio:

  1. Prelocutiva

Se produce antes de los tres años de edad. Tiene repercusiones graves en el desarrollo del lenguaje del niño y en la comunicación. Dentro de esta categoría diferenciamos otros dos tipos:

·         Congénita: es prenatal y está relacionada con factores genéticos por lo que no se produce una adquisición del lenguaje oral.

·         Adquirida: la pérdida auditiva se produce al final del primer año de edad por lo que el niño posee ciertas nociones previas referidas al lenguaje.

  1. Postlocutiva

La pérdida auditiva aparece después de la adquisición del habla. Los niños no presentan dificultades en el desarrollo del lenguaje pero si presentan dificultades en el desarrollo emocional y afectivo.


§    Tipos según la ETIOLOGÍA.

  1. Hereditarias genéticas:

·         Recesivas: los padres son portadores de la enfermedad pero no son hipoacúsicos.

·         Dominantes: constituye el 10% de las hipoacusias. Uno de los padres es portador del gen afecto y es hipoacúsico.

  1. Adquiridas:

·         Prenatales: algunas enfermedades de la madre durante el embarazo pueden ser causa de hipoacusia, sobre todo entre la séptima y décima semana. Entre las más graves está la rubeola, sarampión, varicela, alcoholismo, etc.

·         Neonatales: puede ser acusado por un traumatismo durante el parto, anoxia neonatal, prematuridad, ictericia (aumento de la bilirrubina en la sangre por incompatibilidad del Rh)


·         Postnatales: otitis y sus secuelas, fracturas del oído, afecciones del oído interno  y nervio auditivo, intoxicaciones por antibiótico, meningitis y encefalitis, tumores, etc.



§    Basadas en CRITERIOS EDUCATIVOS

Dentro del ámbito educativo tradicionalmente se ha venido realizando la diferencia entre alumnos sordos y alumnos hipoacúsicos porque las implicaciones, las necesidades y, por lo tanto, el planteamiento son educativo muy distintos. En la actualidad es necesario introducir un nuevo grupo dentro de esta clasificación, como son los alumnos sordos con audición funcional.


A. Alumno sordo
El primer síntoma que les caracteriza es la “mudez” al no poder desarrollar el lenguaje oral en contextos naturales de interacción. Los audífonos les aportan una audición limitada y no les permite entender el lenguaje oral ni controlar su propia articulación a través de la vía auditiva. Esta audición residual no es funcional para adquirir el lenguaje de forma natural y debe ser enseñado y reeducado con el apoyo de la vía visual y del tacto. Son niños visuales.

B. Alumno hipoacúsico
Un niño hipoacúsico oye pero tiene dificultades para entender bien lo que se dice. Esta limitación varía según el grado de pérdida. Con la ayuda de los audífonos y de las personas que están a su alrededor desarrollan el lenguaje oral por vía auditiva. Necesitan el uso continuado de los audífonos y, en determinadas circunstancias, recurrir a la labiolectura. La vía visual les servirá de apoyo. Son niños auditivos.

C. Alumno sordo con audición funcional
Estos niños son sordos, pero gracias al implante coclear realizado a edades tempranas, pueden llegar a hacer un uso funcional de la audición, lo que les permite desarrollar un lenguaje oral normalizado y funcionar en contextos orales, al igual que los alumnos hipoacúsicos. La vía visual les servirá de ayuda en determinadas circunstancias.

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