Es una técnica que nos permite conocer el grado de pérdida
auditiva (umbral de la audición), el tipo de pérdida (conducción o percepción)
y los restos auditivos existentes (zonas frecuenciales aprovechables).
La audiometría se basa en el estudio de los parámetros
frecuencia e intensidad, que nos permiten establecer el campo auditivo o
espacio acústico.
-
La frecuencia de un
sonido es el número de oscilaciones por segundo que se producen como
consecuencia de una onda sonora.
- La intensidad o fuerza de un sonido viene determinada
por la amplitud de su onda, es decir la distancia existente entre dos zonas de
máxima y mínima presión.
-
El espacio acústico
entendido de una manera amplia, sería aquel que está comprendido por todas las
frecuencias e intensidades existentes.
A continuación os dejamos un
vídeo sobre el funcionamiento del oído:
Para realizar las audiometrías
utilizamos el “audiómetro”, que es
un aparato eléctrico, capaz de producir o reproducir estímulos sonoros y que recoge
gráficamente los resultados en un audiograma.
La
exploración se puede realizar por vía aérea, vía ósea y a campo
libre, siempre en cámara insonorizada, con objeto de evitar sonidos
ambientales ajenos a la exploración.
El
principal objetivo de la audiometría es obtener los niveles mínimos de
intensidad a los que el sujeto explorado es capaz de percibir estímulos
sonoros.
Audiometría tonal
La audiometría tonal por vía aérea explora mediante unos auriculares que se le colocan al
sujeto, el nivel mínimo de audición que percibe, realizando un recorrido exhaustivo
por todas las frecuencias e intensidades disponibles.
La exploración
por vía ósea se realiza utilizando
el mismo procedimiento, salvo se utiliza un vibrador en lugar de los
auriculares, colocando este sobre el mastoides del oído. El sonido se transmite
así, directamente al oído interno, eliminando la función del oído externo y
medio.
Audiometría vocal
La audiometría vocal tiene como finalidad, determinar el
nivel de captación y de discriminación del oído para el lenguaje, sencillamente
consiste en conocer la capacidad del sujeto para entender la palabra humana a
diferentes niveles de intensidad.
La
prueba determinará el “umbral de inteligibilidad” y sus resultados se
reflejarán en una gráfica.
La audiometría vocal establece la capacidad de comprensión
del oído ante los fonemas, mientras que la audiometría tonal solamente
determina la capacidad de captación de tonos.
Audiometrías infantiles
Existen otras audiometrías en las que la colaboración del
paciente no supone una explicación y conocimiento de los procedimientos
exploratorios, sino que se condiciona al niño para responder ante juegos o
imágenes. Estas pruebas se realizan en niños de corta edad, donde su desarrollo
comprensivo no permite realizar adecuadamente audiometrías tonales. Sin
desarrollar su aplicación, podemos nombrar las más comunes:
- Audiometria
de Reflejo de Orientación Condicionado (R.O.C.)
- Audiometria
Peep-Show
- Audiometria lúdica
La acumetría
La audiometría
instrumental clásica con diapasones (acumetría), es una exploración de gran
utilidad para averiguar de forma sencilla y rápida, si la lesión que produce la
pérdida auditiva, se asienta en el oído externo o medio (hipoacusia de
conducción) o bien en el oído interno (hipoacusia de percepción). Su
importancia pues, no se centra en hallar el umbral de audición del sujeto, sino
en realizar un topodiagnóstico, que nos permita localizar la lesión.
Existen diversas pruebas
acumétricas con diapasones pero las más usadas son:
o Prueba Weber
La prueba
consiste en hacer vibrar el diapasón preguntándole al sujeto en que oído percibe
con más intensidad el sonido y así determinar que tipo de lesión tiene.
o Prueba de Rinne
El objetivo de esta prueba es comparar la vía aérea con la
vía ósea, estableciendo la diferencia de tiempo de audición entre ambas vías.
Se coloca el mango diapasón en la mastoides del sujeto
examinado, pidiéndole que nos diga cuándo deja de percibirlo; a continuación
acercamos las varillas del diapasón al pabellón auditivo pidiéndole que nos
diga si percibe aún por vía aérea.
- Si el sujeto sigue oyendo el diapasón por vía
aérea, aunque halla dejado de percibirlo por vía ósea, la prueba de Rinne es positiva y existe una audición normal o
una hipoacusia de percepción.
- Si el sujeto no percibe la vibración del diapasón
por vía aérea más tiempo que por vía ósea, la prueba de Rinne es negativa y existe una hipoacusia de
transmisión.
o Prueba de Scwabach
La prueba se fundamenta en el tiempo de percepción de un
sonido por vía ósea, entre el sujeto examinado y el examinador (con audición
normal). Se coloca el diapasón en vibración sobre la mastoides del sujeto
examinado, pidiéndole que nos indique cuando deja de percibir el sonido, en ese
momento se coloca el diapasón sobre la mastoides del examinador, comprobando si
se sigue percibiendo sonido. Para comprobar si la audición del sujeto examinado
es normal o patológica. La prueba es complementaria al Weber y al Rinne.
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