sábado, 26 de noviembre de 2011

Musicoterapia en niños con deficiencias auditivas


Hay que tener en cuenta que existen distintos grados de hipoacusia, desde casos menos graves sonidos hasta los completamente sordos. Estos niños, salvaguardando las posibles diferencias en cuanto a gravedad de la lesión, aunque quizás no puedan “escuchar” música en cuanto a melodía, sí que pueden percibir las vibraciones y sensaciones que esta produce.

Algunos informes indican que algunos terapeutas y profesores de música han hallado que la música tiene valores para el deficiente auditivo en principio como una influencia positiva en su desarrollo de un sentido rítmico.

Emplear el ritmo como un factor básico puede mejorar la coordinación corporal, mejorar la locución y la rehabilitación social mediante la adquisición de actitud y desenvoltura en el baile de la sociedad.

El niño sordo profundo se basa casi exclusivamente la percepción de la música en su sentido táctil. Si se le proporciona suficiente oportunidad y guía en este sentido, puede aprender a distinguir las vibraciones musicales en términos de ritmo y acento. Sentir el ritmo en la piel les hace moverse, bailar, y así aprender a coordinar los movimientos corporales, desarrollar un mejor equilibrio y un mejor control de la postura.

Hay un sinnúmero de niños, que siendo deficientes auditivos profundos, demuestran una musicalidad tal, que logran, después de mucho esfuerzo y estímulo permanente, profundizar esta habilidad consiguiendo así una fuerte implicación con la música. De hecho, numerosos niños que han participado en algún tipo de terapia musical relacionan sus estudios con la danza o incluso con la práctica de algún instrumento

Se han hecho numerosos estudios y experimentos entre los que podemos destacar autores como Madsen y Mears, (querían determinar si los umbrales táctiles tienen relaciones específicas con los niveles de frecuencia e intensidad de los estimules sonoros), Traighber (que examinó la capacidad de los niños sordos para discriminar  los estímulos musicales como música y ruido, ritmos diferentes, tonos altos y bajos, acordes, etc.), Wecker ( informó acerca de un experimento llevado a cabo en las escuelas públicas para  determinar si el niño completamente sordo puede ser llevado a realizar apreciación musical y mediante ella a la auto expresión en música de un modo aproximado a la del niño normal)

Tras estas prácticas, podemos extraer de sus resultados las siguientes conclusiones:

  • Existe una relación positiva entre la organización motora y la capacidad para leer el movimiento de los labios.

  • Existe poca correlación para discriminar la frecuencia del tono simple y la habilidad para discriminar el habla.

  • Los niños sordos son capaces de responder al ritmo.

  • Los niños sordos son capaces de discriminar y comparar sonidos.

  • La exposición a sonidos amplificados parece ejercer influencia en el desarrollo de la capacidad de respuesta normal al sonido en niños que habían sido originariamente diagnosticados como sordos.

  • Los niños sordos pueden llegar a tener cierta apreciación de la música mediante la cual llegan a expresarse de modo aproximado al de los niños normales.

  • La participación en musicoterapia puede ayudar a los niños sordos a elevar la autoestima, desarrollar mejores relaciones interpersonales y un mejor conocimiento del mundo que les rodea.





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