Hay que tener en cuenta que existen distintos grados de
hipoacusia, desde casos menos graves sonidos hasta los completamente sordos.
Estos niños, salvaguardando las posibles diferencias en cuanto a gravedad de la
lesión, aunque quizás no puedan “escuchar” música en cuanto a melodía, sí que
pueden percibir las vibraciones y sensaciones que esta produce.
Algunos informes indican que algunos terapeutas y profesores
de música han hallado que la música tiene valores para el deficiente auditivo
en principio como una influencia positiva en su desarrollo de un sentido rítmico.
Emplear el ritmo como un factor básico puede mejorar la
coordinación corporal, mejorar la locución y la rehabilitación social mediante
la adquisición de actitud y desenvoltura en el baile de la sociedad.
El niño sordo profundo se basa casi exclusivamente la
percepción de la música en su sentido táctil. Si se le proporciona suficiente
oportunidad y guía en este sentido, puede aprender a distinguir las vibraciones
musicales en términos de ritmo y acento. Sentir el ritmo en la piel les hace
moverse, bailar, y así aprender a coordinar los movimientos corporales,
desarrollar un mejor equilibrio y un mejor control de la postura.
Hay un sinnúmero de niños, que siendo deficientes auditivos
profundos, demuestran una musicalidad tal, que logran, después de mucho
esfuerzo y estímulo permanente, profundizar esta habilidad consiguiendo así una
fuerte implicación con la música. De hecho, numerosos niños que han participado
en algún tipo de terapia musical relacionan sus estudios con la danza o incluso
con la práctica de algún instrumento
Se han hecho numerosos estudios y experimentos entre los que
podemos destacar autores como Madsen y Mears, (querían determinar si los
umbrales táctiles tienen relaciones específicas con los niveles de frecuencia e
intensidad de los estimules sonoros), Traighber (que examinó la capacidad de
los niños sordos para discriminar los
estímulos musicales como música y ruido, ritmos diferentes, tonos altos y
bajos, acordes, etc.), Wecker ( informó acerca de un experimento llevado a cabo
en las escuelas públicas para determinar
si el niño completamente sordo puede ser llevado a realizar apreciación musical
y mediante ella a la auto expresión en música de un modo aproximado a la del
niño normal)
Tras estas prácticas, podemos extraer de sus resultados las
siguientes conclusiones:
- Existe
una relación positiva entre la organización motora y la capacidad para
leer el movimiento de los labios.
- Existe
poca correlación para discriminar la frecuencia del tono simple y la
habilidad para discriminar el habla.
- Los
niños sordos son capaces de responder al ritmo.
- Los
niños sordos son capaces de discriminar y comparar sonidos.
- La
exposición a sonidos amplificados parece ejercer influencia en el
desarrollo de la capacidad de respuesta normal al sonido en niños que
habían sido originariamente diagnosticados como sordos.
- Los
niños sordos pueden llegar a tener cierta apreciación de la música
mediante la cual llegan a expresarse de modo aproximado al de los niños normales.
- La
participación en musicoterapia puede ayudar a los niños sordos a elevar la
autoestima, desarrollar mejores relaciones interpersonales y un mejor
conocimiento del mundo que les rodea.
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