Es
muy importante, al igual que con niños oyentes que desde pequeños empiecen a
apreciar la lectura. Pero en el caso de los niños sordos es algo más complicado
ya que la enseñanza de la lectura se complica. Estas pautas pueden ser de gran
ayuda
Es
importante que la persona que lea le asigne un tiempo especial a la lectura, en
el que esté relajado y pueda lograr un ambiente cálido.
Es
conveniente que antes de comenzar la lectura del libro propiamente dicha se
preste atención al título del cuento, asegurándose de que el niño lo haya
entendido, mencionando el nombre el autor/a e ilustrador/a con dactilológico
y/o signo, con el fin de iniciar y fomentar su apreciación literaria. En este
mismo sentido, preguntar al niño/a cuál cree que será el tema del cuento ayuda
a captar el interés en la lectura.
Al
terminar la lectura pueden retomar las predicciones iniciales del niño y
discutir si tienen que ver o no con el mensaje del texto.
Es
importante que el niño y el adulto manipulen con libertad el libro y aprendan a
explorarlo. Por lo general a los niños les gusta mucho observar con
detenimiento las imágenes. Familiarizarse con éstas le permite hacer
predicciones sobre lo que dicen las palabras y constituye un territorio firme
desde el cual se puede cimentar su aprendizaje lector.
Es
de gran importancia también respetar al niño durante la lectura. Dejar que sea
él quien elija y determine los tiempos y ritmos de la lectura.
Cuando
se lee con un niño o niña Sordo se debe tener siempre presente que la visión es
su principal canal de comunicación. Mantener el contacto visual con él. Señalar
tanto la ilustración como las palabras del texto ayuda a afianzar el
conocimiento.
Para
que el niño no pierda ninguna información, ya que debe estar observando dos
realidades: el libro y el signante, es muy importante que se utilice el
procedimiento descrito por J. Kyle de alternancia de la mirada o también
denominado atención dividida:
- Conseguir el contacto visual llamando la atención del niño o la niña. Cuando nos mire, señalar la palabra o imagen del libro, el niño entonces mira lo que le señalamos.
- Volver a captar su atención visual y signar o complementar lo que queremos explicarle.
- Mantener el contacto visual y después volver a señalar la palabra o imagen que estamos describiendo. Si el niño ha roto el contacto visual habrá que empezar otra vez por el primer punto.
Hay
que hacer de la lectura una actividad estimulante e interesante para el niño.
Para involucrar al niño en el cuento y lograr una participación más activa, se
puede jugar con los signos. Igual que en las lenguas orales el tono, la
intensidad y el timbre de la voz se modifican para caracterizar el personaje
(voz chillona o grave, por ejemplo), en LSE se puede establecer todo tipo de
variaciones y matices modificando la forma de hacer los signos (más grandes
para un personaje extrovertido, más pequeños para uno tímido, otros de tipo
visual, táctil, etc.).
Es
importante que un mismo cuento se relate o relea varias veces.
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